PERCEPCIÓN...



“Había un hombre que tenía cuatro hijos. Como parte de su educación él quería que ellos aprendieran a no juzgar a las personas y las cosas con la ligereza con la que solían hacerlo. Entonces, decidió enviar a cada uno de ellos, por turnos, a ver un árbol de manzano que estaba sembrado bastante lejos de su casa. En su país había estaciones, así que al primer hijo lo envió en invierno; al segundo, en primavera; al tercero, en verano, y al cuarto en otoño. Cuando todos habían ido y regresado, el padre los llamó y les pidió que describieran lo que habían visto.

El primer hijo dijo que el árbol era horrible, lucía sin hojas y estaba retorcido, le pareció seco y sin vida... 
El segundo sostuvo que no era así, que el árbol estaba cubierto de brotes verdes y lleno de retoños que prometían nuevas ramas y flores... 
El tercer hijo no estuvo de acuerdo con ninguno de los dos, y dijo que el árbol estaba cargado de flores que emanaban un aroma muy dulce y que era el árbol más hermoso que jamás había visto... Pero, el último de los hijos, dijo que el árbol era diferente a como lo habían descrito sus hermanos, estaba cargado de manzanas maduras, completamente lleno de vida y bienestar... Entonces el padre les explicó que todos tenían razón, porque ellos sólo habían visto parcialmente la vida del árbol. Y añadió que por eso no se podía juzgar a una persona, si tan sólo se le había conocido en una de sus estaciones.”

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